Jesús dijo a Josefa Menendez el 3 de Junio de 1921:
“Recuerda mis palabras y ten fe. El único deseo de mi Corazón es aprisionarte y sumergirte en mi amor, hacer de tu pequeñez y flaqueza un canal de misericordia para muchas almas que, por tu medio, se salvarán. Más tarde te descubriré los secretos amorosos de mi Corazón y eso te servirá para hacer mucho bien a un gran número de almas. Deseo que escribas y guardes cuanto Yo te diga. Todo se leerá cuando estés en el Cielo. Quiero servirme de ti, no por tus méritos, sino para que se vea cómo mi poder se sirve de instrumentos débiles y miserables.”