Mensaje del 23/10/2002 -"Escuchen mi voz y entiendan las llamadas de Jesús para la conversión diaria de sus vidas. Eso es lo que deben hacer. La impureza ofende mucho a mi Hijo Jesús, mucho. Sepan que eso me descontenta mucho. Y ustedes insisten y quieren continuar en el mal. Muchos no quieren dejar de ofender el Señor. ¿Qué es eso, hijos míos? No es eso lo que espero de ustedes. No es así como Dios quiere. Él quiere que ustedes sean santos como Jesús fue aquí en la Tierra. Sepan, hijos míos, yo vengo aquí en este mundo para hablar con ustedes porque el Señor me permite hacer eso. Sí, hijos míos, yo soy la Bienaventurada Virgen María, Madre de Dios y Dios está en mí en toda la plenitud. Pero siento lo que está aquí en este mundo a mi alrededor, yo lo veo. Y ustedes siguen con las consecuencias. Ustedes me hacen estar muy triste con eso. Yo no necesito dar ejemplos de estos pecados. ¿Ellos están ahí, en torno de ustedes!”
(Mensaje de Nuestra Señora en Divinopolis, Brasil)
