Leemos en la Biblia, en I Samuel, 17, 1-58, que David mató al gigante Golias enemigo con piedras. Nuestra Señora dice también em Medjugorje y em Divinopolis, Brasil, que venceremos a Satanás, nuestro mayor enemigo, con "cinco piedras." Ellas son "cinco armas" para que nosotros venzamos este combate:
Mensaje del 27 de octubre de 2001 - "Ustedes necesitan de Dios y de mi que soy la su Madre, la Madre de cada uno de ustedes, la Madre que tiene el tirano abajo de sus Pies y aplasta su cabeza infernal. Sepan, hijos míos, que el diablo es muy poderoso y trabaja sin parar en este mundo, día y noche sin parar. Él no para y no descansa ni toma vacaciones hasta que vea muchas almas en el infierno. Cuidado, hijos míos! Satanás está aquí en este mundo. Él quiere entrar en sus casas, ciudades y países para atormentar y aventar su veneno. Él tienta cada persona a través de las formas más variadas. Se ustedes no oraren, estas tentaciones no desaparecerán, porque Satanás es como un ladrón que no piensa en la persona que robó. Satanás quiere la su desgracia, muerte y tristeza. Y Dios es todo lo contrario. Dios quiere la vida, paz, amor y alegría. Mis queridos hijos, el amor puede todo. Y con el amor ustedes podrán vencer a Satanás, con toda la fe que en Dios y en mí tuvieren. Para que esto suceda, yo doy las cinco piedras para que ustedes puedan echar al demonio, si practicaren con el firme propósito.
La primera es el Rosario. Con el Rosario en la mano, el diablo no se acercará a ustedes, porque a partir de entonces ustedes serán todos míos y de Dios.
La segunda es la Eucaristía. Con la Eucaristía, Cristo mismo actúa en sus vidas y su comportamiento, si desearen. Así, ustedes harán una conducta contraria a la de Satanás.
La tercera es la Palabra de Dios. Allá está escrito todo. Todo lo que desearen saber acerca de Dios o cómo resolver un problema, sepan que en la Biblia encontrarán la solución. De esta manera, el diablo no podrá les aconsejar mal. Él tendrá que desaparecer para siempre de las vidas de aquellos que leen la Biblia, guardian, meditan y practican.
La cuarta es el ayuno. Con el ayuno, ustedes sabrán que hay una nueva vida que les espera en la eternidad de las delicias del Cielo, si ustedes desprenderen de las falsas delicias de este mundo. El ayuno es la oración del cuerpo junto la oración del alma. Ayunen a pan y agua. Pero si no pueden, abstengan de comer carne, dulces, comidas y otras cosas que gustan como cigarrillos, bebidas, televisión. Abstengan de estas cosas por lo menos una vez a la semana, especialmente el viernes y el miércoles. Oren, hijos míos, oren para que puedan hacer todo esto. De lo contrario, el diablo será más fuerte que ustedes y nunca podrán vencerlo.
La quinta es la Confesión mensual y yo pido y suplico: confiesen al menos una vez cada mes y serán puros y puras. Así, Satanás no podrá vencerlos. Pero yo les digo: en cualquier caída, él tienta entrometer en sus vidas y comienza a hacer gran desorden y destrucción. Oren, reciban la Comunión, mediten sobre la Palabra de Dios, confiesen y ayunen. Todos ustedes, arrodíllense y pidan perdón por sus pecados. Y oren, oren mucho, porque sólo así Satanás partirá."
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