“Todos los días, cuando Nuestra Señora aparece, mis primeras palabras que le hablo son por los enfermos. Vosotros enfermos, sabed que rezo todos los días por vosotros. Hay personas enfermas. Pero los enfermos espirituales son los más graves que los enfermos físicos. La gente necesita solo una palabra de consuelo. Solo piden fuerza. Hoy es difícil decir que la enfermedad es un gran don de Dios. Es impensable decirle esto a una persona enferma que sufre de cáncer, por ejemplo, o de cualquier otra enfermedad, que esto es un don de Dios. Todos intentan deshacerse de una enfermedad. Piensan: están lejas de ser de Dios. Pero en verdad, Nuestra Señora dice que la enfermedad es un don de Dios. Dios sabe por qué me dio este don a mí, a ti, a cualquiera persona, y sabe cuándo lo quitará. Solo pide nuestra paciencia. Ninguno es dado sin motivo, todos tienen su razón. Y esto, dice Nuestra Señora, cuando te sea dado, di: 'Gracias, oh Dios, por este don, y si tienes otros dones, estoy dispuesto a aceptarlos. Solo pido la fuerza para poder hacer esto por el Señor con mi corazón y con amor.' Nuestra Señora dijo: 'Vosotros ni siquiera sois capaces de imaginar la importancia de vuestros sufrimientos a los ojos de Dios.'”
En otra entrevista, Vicka dijo:
"Cuando Nuestra Señora aparece todos los días, rezo siempre con ella por los enfermos y los ancianos. Rezamos para que cada uno tenga la fuerza para llevar su cruz con amor y con su corazón. Dios no da mucho ni poco, sino solo cuanto cada uno puede tomarlo."
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