"¡Aleluya! Doy gracias a Yahveh de todo corazón, en el consejo de los justos y en la comunidad. Grandes son las obras de Yahveh, meditadas por los que en ellas se complacen. Esplendor y majestad su obra, su justicia por siempre permanece. De sus maravillas ha dejado un memorial. ¡Clemente y compasivo Yahveh! Ha dado alimento a quienes le temen. Se acuerda por siempre de su alianza. Ha revelado a su pueblo el poder de sus obras, dándole la heredad de las naciones. Verdad y justicia, las obras de sus manos, leales todas sus ordenanzas, afirmadas para siempre jamás, ejecutadas con verdad y rectitud. Ha enviado redención a su pueblo. Ha fijado para siempre su alianza. Santo y temible es su nombre. Principio del saber, el temor de Yahveh. Muy cuerdos todos los que lo practican. Su alabanza por siempre permanece."
(Salmo 111, 1-10)