Darroca, España, 1263: Un sacerdote tuvo que esconder seis Hostias Consagradas debido a una invasión de guerra durante una Misa. Los mantuvo en un Corporal. Después, al abrir el paño Corporal, las seis Hostias Consagradas se habían convertido en seis manchas de Sangre. Ellas se mantienen hoy en el Santuario de la ciudad dedicada al milagro.