“Hoy, Nuestra Señora apareció muy hermosa, con un vestido dorado y el Niño Jesús en sus brazos. Tenía una gran alegría como cada Navidad. Jesús miraba a Nuestra Señora y por un instante me miró a mí. Después de dar el mensaje, Nuestra Señora permaneció en silencio. El Niño Jesús miraba a la Virgen con una ternura y una belleza y esto me hacía llorar de emoción... Eso me conmovió mucho porque vi la ternura de Dios en un Niño. Nuestra Señora miró al Niño Jesús por un momento. Ella nos miraba la mayor parte del tiempo. Y el Niño Jesús la miraba la mayor parte del tiempo con una mirada hermosa, hermosa... Y hasta era difícil describirlo después de la aparición. Entonces, entregué a Jesús esta situación que estamos viviendo y le pedí que nos liberte de todo esto. Y hoy es difícil ver a un recién nacido. No hay tantos como antes. Muchas parejas tienen miedo de tener hijos. Hoy en día, muchos no creen que los niños sean una bendición de Dios. Hoy no quieren tener muchos hijos porque piensan que no pueden sobrevivir. Los niños no son una bendición, sino una preocupación para estas personas. Debemos caminar con Nuestra Señora y con la esperanza que Ella nos ha traído esta noche. Hoy las personas tienen miedo por el futuro. Y Nuestra Señora nos pide hoy que esperemos un futuro mejor. Recuerdo los primeros días de las apariciones, cuando nos preparábamos para la Navidad con Confesión y con amor, porque los cristianos son reconocidos por el amor. Vemos sacerdotes y cristianos diciendo que Dios es misericordioso... y que no necesitamos hacer mucho por nuestra salvación... Pero no es así. No podemos ser cristianos pasivos. Debemos testificar con nuestra vida y nuestra oración y ser amorosos, porque Nuestra Señora está llena de amor por la Humanidad. La Virgen es la Señora del futuro. Su Inmaculado Corazón triunfará. Debemos caminar con Nuestra Señora y trabajar por eso."
El mensaje del 25 de diciembre de 2020 fue:
“¡Queridos hijos! Os traigo al Niño Jesús que os trae la paz, Él, que es el pasado, el presente y el futuro de vuestro vivir. Hijos míos, no permitáis que se apaguen vuestra fe y la esperanza en un futuro mejor, porque habéis sido elegidos para ser testigos de esperanza en cada ocasión. Por eso, estoy aquí con Jesús para que os bendiga con Su paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”
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